abril 02, 2012

Mozzarella y Tomate Seco (5/50)



Al meter el tenedor en este risotto se encontrará con tropezones de mozzarella fundida, que combina con el tomate seco a la perfección. Si es posible utilice mozzarella de bufala, en Costa Rica ahora se consigue, su gusto fresco y lácteo la hace ideal para esta receta.

Esta receta de 400 gramos de arroz, dos tazas, puede utilizarse para preparar una cantidad suficiente para 4 a 6 personas, siempre depende si el risotto es un plato único o si es un primer plato o un acompañante.



Risotto de Mozzarella y Tomate Seco

Para 4 a 6 personas


Ingredientes

6 tazas de Consomé de Pollo
125 gramos de mantequilla
½ taza de cebolla, picadita, (1 cebolla mediana)
2 tazas de arroz (400 gramos)
1 taza de vino blanco seco
250 gramos de mozarella cortada en dados de 1 cm
4 cucharadas de albahaca fresca picadita
100 gramos de tomates secos picaditos
Sal y Pimienta Negra recién molida
1 taza de Queso Parmesano rallado

Procedimiento

Ponga el consomé en una olla y caliéntelo bien, sin que llegue a hervir. Gradúe el fuego para que se mantenga a esa temperatura. Aparte derrita la mitad de la mantequilla en una olla, preferiblemente de fondo grueso, y rehogue por 10 minutos la cebolla, sin que llegue a tostarse. Se agrega el arroz y, revolviendo, se cocina hasta que esté brillante y cubierto por la grasa, 1 minuto. Se agrega el vino y se cocina hasta que se consuma casi completamente y se evapore el alcohol, unos 2 minutos.

Incorpore el tomate picadito. Agregue gradualmente el consomé, ½ taza cada vez, revolviendo constantemente con cuidado, de modo que el arroz absorba casi todo el líquido antes de agregar más. No debe quedar seco; tenga cuidado con el fuego para que no llegue a hervir a borbotones en ningún momento.  Este proceso debe durar entre 15 y 20 minutos. Debe obtener un risotto cremoso, con el arroz bien hecho pero al dente.

Retire del fuego, agregue sal y pimienta al gusto, incorpore el resto de la mantequilla y remueva. Incorpore la mozzarella y la albahaca picada, tape y deje reposar un par de minutos para que el arroz se asiente y el queso empiece a fundirse.

Se sirve en platos individuales y se decora con hojas de albahaca y lleve a la mesa con un bol de queso parmesano para quien desee añadírselo.


abril 01, 2012

Natilla de Frutas (4/50)


En Venezuela se conoce como Natilla a un postre cremoso que en general lleva huevos, leche, crema de leche y azúcar. Es parecida a una Creme Brulee de los franceses pero sin el caramelo quemado por arriba.




Es un postre que desde la época colonial ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en una referencia importante en la repostería venezolana. Muchas son las variantes con las que puede realizarse desde la que lleva la típica conchita de limón, hasta la que combina la receta tradicional con otros ingredientes como canela, frutas frescas o secas y dulce de leche.

En esta receta se combina con frutas frescas que pueden ser fresas y moras y se sirven en copas individuales.

Natilla de Frutas

Ingredientes

3 tazas de Crema de Leche

1 taza de Leche completa

8 amarillas de huevo

250 gramos de Azúcar

90 gramos de maicena (fécula de maíz)

2 cucharaditas de Vainilla

120 gramos de fresas limpias picadas en cuatro

120gramos de moras limpias picadas en dos

Procedimiento

Hervir en una olla la leche y la crema de leche con el azúcar y la vainilla. Retirar del fuego. En un recipiente batir las yemas de huevo y agregar la fécula de maíz hasta que estén espumosas. Añadir un poco de la mezcla de la leche y revolver. Unir la mezcla anterior con la leche hervida y cocinar sin que hierva hasta que comience a espesar. Retirar y dejar enfriar.

Colocar la preparación en una dulcera o en copas individuales. Colocar en la nevera.

Al momento de servir, adornar con las fresas y moras.

Helado Casero de Fresas (3/50)


Para estos días de tanto calor queda perfecto un helado casero, este helado de fresas tiene una textura suave y cremosa, y un color natural de rosa pálida.




Helado de Fresas


Ingredientes

3 tazas de fresas cortadas en rodajas

4 cucharadas de jugo de limón

1 ½ taza de azúcar

1 ½ taza de leche completa

2 ½ tazas de crema de leche

1 cucharadita de vainilla


Procedimiento

En un bol combine las fresas con el jugo de limón y ½ taza de azúcar. Mezcle bien y deje macerar por dos horas. Luego de las dos horas cuele las fresas y reserve los jugos. Con un tenedor convierta en puré la mitad de las fresas, reserve la otra mitad.

En otro bol mezcle la leche con el azúcar restante, bata con un batidor de mano hasta que se disuelva el azúcar. Agregue la crema de leche, el jugo reservado de las fresas, las fresas en pure y la vainilla.

Vierta la preparación en la máquina de helados y trabájelo hasta lograr la consistencia deseada, 20  a 25 minutos. Cinco minutos antes de que esté listo agregue las fresas reservadas y deje que se mezcle bien.

En caso de no tener la máquina de helados introducir el recipiente al congelador durante media hora. Sacar y batir. Devolverlo al congelador hasta que esté congelado.

Lomito Wellington (2/50)


Continuando en este recorrido, en una carrera contra mi amigo el tiempo, llega mi segunda receta de las cincuenta. Este plato tiene mucho significado para mí, lo comi en un Restaurante en Caracas que no se si existirá, de Gastronomía dirigida, el Restaurante Da Emore en el CC Concresa. En esa época no cocinaba tanto como ahora y me parecía que era muy difícil de preparar.

Algún tiempo después Aída me enseño a prepararlo, siempre lo había realizado con un Lomito entero el cual se partía al momento de servirlo, pero en mi época que realicé algunos catering, este plato fue el primero que preparé y lo hice de forma individual. Mis amigos Robert Guardia vinieron a comerlo en una ocasión que lo preparé y me gané uno de los elogios más bonitos y recordados siempre por mí.

Este Lomito puede prepararse agregando un trozo de un buen foie gras encima de la mezcla de hongos, en mi caso no siempre lo utilizo.

Cuenta la historia que en el año 1815 el Duque Wellington o Duque de Hierro por su gran destreza física, derrotó a Napoleón en la batalla de Waterloo. Entre sus rehenes estaba un cocinero de Napoleón quien paso a cocinar para el Duque de Hierro. Los ingleses hasta el momento comían las carnes muy secas y desabridas. Luego de esta batalla para celebrar realizaron el lomo Wellington, un lomo envuelto con vegetales, trufa y hojaldre

Lomito en Hojaldre con Salsa de Vino Oporto

Para 6 personas

Ingredientes

Lomito en Hojaldre

6 cucharadas de mantequilla sin sal
6 medallones de lomito
2 cebollas picaditas
450 gramos de champiñones picados en rodajas
4 cucharadas de crema de leche
Sal y Pimienta negra recién molida
1 kilo de pasta de hojaldre
1 huevo ligeramente batido con 1 cucharada de agua
1 manojo de Berro, para adornar

Salsa Oporto

1 taza de Vino Oporto
2 cucharadas de cebolla picadita
1 cucharadita de tomillo picado
1 taza de caldo
2 cucharadas de mantequilla sin sal
Sal y Pimienta negra recién molida


Procedimiento

Caliente una sartén grande a fuego alto. Derretir 3 cucharadas de la mantequilla y freír los medallones de lomito en ella durante 30 segundos por cada lado. Retire los medallones de la sartén y déjelos a un lado para que se enfríen completamente.

En la misma sartén a fuego alto, derretir las 3 cucharadas restantes de mantequilla, agregar las cebollas y los champiñones, saltee hasta que todo el líquido que sueltan los hongos se evapore. Agregar la crema y sazonar con sal y pimienta. Reduzca el fuego a medio y continuar cocinando hasta que la mezcla de 3 a 5 minutos más. Pasar a un tazón o plato se enfríe.

Precaliente el horno a 450 ° F.

Divida la masa de hojaldre en 6 partes iguales. En una superficie ligeramente enharinada, extienda cada porción a un rectángulo alrededor del 6 por 12 pulgadas y 1/4 de pulgada de espesor. Colocar un medallon en un lado de cada rectángulo, dejando suficiente espacio para envolver.

Divida el puré de champiñones entre los medallones, colocando de manera uniforme en la parte superior. Pinte los bordes de la masa con la mezcla de huevo y doble la masa sobre la carne y selle los bordes presionando hacia abajo. Con un cuchillo, corte el exceso de masa. Decore con la masa restante. Pinte con la mezcla de huevo cada medallón cerrado.

Coloque los paquetes en una bandeja para hornear y hornee hasta que la masa esté dorada, de 15 a 20 minutos.

Mientras tanto, prepare la salsa: En una olla, lleve el vino, la cebolla y el tomillo hasta que hierva. Reduzca el calor a fuego lento y cocine hasta que sólo quede 1/3 de taza. Añada el caldo, siga reduciendo, a fuego medio, hasta que espese un poco. Agregue la mantequilla. Sazone al gusto con sal y pimienta.

Colocar un paquete cerrado en cada plato y decore con los berros. Vierta la salsa alrededor y sirva inmediatamente.

Arepas y Atún (1 de 50)



Para iniciar este recorrido que me llevará a publicar 50 recetas durante este mes de Abril escogí una receta bastante sencilla de preparar. Son unas arepas con Atún, la diferencia es que el atún está incorporado en la masa, posteriormente se fríen y puede servirse como boquitas si se hacen en forma de bolitas.

Esta receta es original de Mercedes Oropeza, las realizó en un programa de televisión en Venezuela bajo el nombre de Arepitas Saborizadas.

Las arepas son un plato muy típico venezolano. Aunque en otros países cercanos a Venezuela también se come este tipo de alimentos, suelen ser preparadas un poco diferentes a las venezolanas.

Las arepas son un alimento hecho de harina de maíz, el cual se cocina de determinada forma, fritas, horneadas, al sartén, sancochadas; para luego ser acompañadas con cualquier tipo de relleno: jamón, queso, atún, cerdo, huevo, entre muchas otras cosas; en realidad se puede acompañar con cualquier cosa.


Arepas Venezolanas

Para 4 personas

Ingredientes

1 taza de agua

1 taza de harina de maíz precocido

1 cucharadita de sal

1 lata de atún en agua de 160 gramos


Procedimiento

En un bol coloque el agua y la sal y agregue la harina de maíz y revuelva a la vez con un batidor, así no se te forman grumos.

Amase con las manos hasta que este muy suave, cuando la masa este lista incorpore el atún y siga amasando. Forme con las manos unas pelotas y luego las aplasta entre las dos manos formando como una hamburguesa. El tamaño y el grueso dependen de cómo queremos hacerlas. Normalmente quedan de un grosor de aproximadamente un dedo, y con una circunferencia de 7 a 10 centímetros de diámetro; sin embargo, esto depende del gusto de la persona. Se pueden hacer arepas pequeñas o grandes según el gusto.

Fríalas en aceite caliente, cuando están doraditas dele la vuelta, luego colóquelas en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

Cocinar bien




Cocinar bien en realidad no necesariamente requiere mucho tiempo ni esfuerzo. Hay quien piensa que la buena cocina es una cosa extremadamente complicada, que requiere ingredientes rarísimos, mucho tiempo y lo que es peor, una ciencia que para muchos es tan difícil como la de los antiguos alquimistas, en realidad no es así.

Probablemente esa idea nazca de la actividad de los grandes chefs que en algunas recetas exhiben ingredientes exóticos y aparatos de cocina que están lejos de las posibilidades de un cocinero aficionado.

En casa se puede preparar buena comida sin necesidad de convertir la cocina en una especie de laboratorio llena de extraños artilugios, ni de ir a buscar a países lejanos ingredientes carísimos.

Se trata de dar el paso: el que lleva de la rutina de hacer la comida al arte de cocinar, que es ir un poquito más allá. Y para eso no hacen falta productos exóticos, sino los que se pueden encontrar en el mercado donde vivimos.

Lo importante son los ingredientes: no hay buena cocina con mala materia prima. Además buen gusto, memoria de sabores para recordar cuales se complementan y cuales se anulan, y una cierta práctica culinaria, y por supuesto curiosidad.

Cocinar es un proceso que tiene varias fases. La primera sucede en nuestra mente cuando pensamos para quién queremos cocinar, para qué, qué objetivo queremos lograr, por ejemplo, conseguir una sonrisa de los que comen, que nos halaguen. Y por último, pensar en el menú. Para todo ello necesitamos una estrategia: elegir el momento, el lugar y las circunstancias que lo rodeen.

Segunda fase: Buscar los ingredientes necesarios para elaborar la comida: Elaboramos una lista y buscamos en donde obtengamos una buena relación calidad-precio. Mientras compramos marcamos en la lista lo que vamos comprando, lo importante es que no nos falte nada al momento de la preparación.

Tercera fase: se trata de ponerse en la cocina y repartir tareas. Lo importante es que sea una actividad entretenida y relajante. Si cocinamos en familia a medida que se lee la receta, se establece el “plan de acción”, distribuyendo las tareas y el orden en que se realizarán, así cada quien tiene su rol.

Cuarta fase: preparar la mesa y luego una vez sentados en la mesa, estamos atentos al impacto que produce nuestra comida,  los comentarios, las alabanzas al cocinero y las cosas que gustaron y las que no, para saber que podemos volver a realizar y que no.

Los invito a cocinar, atrévanse a preparar alguna receta que le gustó, experimente en su cocina algo muy sencillo, siempre con buen humor, mucho cariño y dedicación se consiguen los mejores resultados.



Abril 2012


Hoy que inicia este mes de mi aniversario número 50, quiero iniciarlo reflexionando sobre el tiempo, ese que tanto me atormenta, cuando veo que va pasando y ya soy más viejo, cuando veo que pasa y no puedo detenerlo.

Anoche que fui a una sesión de Yoga Nidra, Yoga de meditación profunda, reflexionaba sobre el tiempo, y pensando me di cuenta en algún momento, que la mejor estrategia es hacer al tiempo amigo mío, no enemigo, contarle al que se lleva mi juventud, mis sueños, mis aspiraciones y mis anhelos más profundos. El tiempo sabe escuchar sabe ser paciente y entiende mis miedos.

Quiero que el tiempo camine a mi lado, llevar mi vida a su ritmo, aceptar e interiorizar que él pasa y que me ayuda en mi intento de ser Feliz cada día.

Ese tiempo que cuando era niño y estaba en el Colegio pasaba lento, las horas no avanzaban en cambio en las tardes de juego se me escapaba, sin darme cuenta atardecía y oscurecía, sin darme tiempo. En mi juventud galopaba y cada vez ibas más rápido sin oportunidad para domarlo.

Hoy quiero que ese tiempo camine con mi ritmo y con mis pausas que viva lento cuando disfruto y se apresure cuando espero que llegue otro momento feliz.

Quiero que el tiempo sea mi amigo que se adapte al ritmo de mi sentir que su paso sea el de mi mente y el de mi corazón, quiero hacer un pacto con el tiempo que el tiempo que me queda por andar me deje tomar los hilos que lo mueven y ser yo el que lo lleve y no que el tiempo me lleve a mí.

Como escribió Fidel Gamboa en Abril, Hasta entonces dame paz, dame muerte o la vida o un tiempo más...





Abril

(Jaime Gamboa - Fidel Gamboa)

Pienso en abril,
en la sencilla
contradicción:
brilla la lluvia con el sol
en un pacto, un instante
o un tiempo más...

Pienso después
cada palabra
para decir:
dónde quedaste, en qué vagón,
unos meses atrás?
adonde estás?...

Puedo tocar
el aire donde estuvo el dios
benévolo
de tu cuerpo.
Y repasar
los párrafos sin terminar,
crepúsculos
que nunca se van.

Pienso quemar
todos los vientos,
puedo fundir
en una carta, una canción,
los pedazos de un año,
O un tiempo más...
Hasta entonces
dame paz, dame muerte
o la vida
o un tiempo más...