La palabra fondue significa “fundido o derretido”. Y de eso justamente se trata, de derretir un alimento para luego sumergir piezas de ingredientes en él, cubriéndolos. En el caso de la fondue de queso se utilizan distintos tipos de queso preferiblemente de una maduración media. Básicamente la receta indica fundir trozos de queso con el agregado de una bebida alcohólica y luego presentar en el centro de la mesa la fondue con los ingredientes preparados para ser sumergidos en ella.
Existen algunos secretos para hacer una fondue de queso para obtener buenos resultados:
El recipiente tradicional para hacer fondue de queso es el caquelón, un recipiente espacioso en donde se pueden derretir y mezclar los ingredientes. El recipiente ideal es de barro, que distribuye el calor parejo y cuyo grosor de paredes impide que el queso se queme.
Los quesos, básicamente se utilizan quesos grasos, blandos o semiblandos, que puedan derretirse sin problemas. Los más utilizados son Emmental, su sabor y aroma es suave, Gruyère, de sabor algo picante, Fontina, pasta más blanda y de sabor dulzón y el Gouda, cuya pasta es de textura firme, y de sabor suave. Calcular 200 gramo por persona.
La fondue de queso lleva en su composición alguna bebida alcohólica, que generalmente es vino blanco seco, un Sauvignon Blanc, por ejemplo, o un Chardonnay joven
La mejor cuchara para revolver la fondue de queso es la de madera, de pala ancha y preferentemente chata. El movimiento para revolver una fondue de queso debe ser lento y constante, y en forma de ochos, llegando hasta el fondo.
La preparación, poner a calentar el recipiente a fuego medio a bajo, ir agregando el queso y el alcohol elegido de a poco, fundiendo bien la mezcla, sin dejar de revolver. Al agregar lo último se condimenta. La fondue no debe hervir, pues se puede cortar.
Para servir, coloca el recipiente en el centro de la mesa sobre un fuego. Se mantiene a fuego suave sin dejar que la fondue llegue a hervor. Seguir revolviendo en ochos cada tanto.
Para mojar lo tradicional indica que serán cubos de pan. También se pueden tostar levemente los cubos de pan en el horno, con un poco de aceite de oliva, para que queden crocantes por fuera (tener en cuenta que no se sequen mucho porque no se podrán pinchar luego). Si bien es solamente el pan el ingrediente tradicional, otros alimentos son bienvenidos para algunas personas.
Los alimentos elegidos deben tener consistencia firme, ya que la fondue de queso es untuosa y ofrece resistencia. Los vegetales escogidos deben estar crudos o apenas con un blanqueado puede ser brocoli, tomates cherry o hongos. Los fiambres deben ser también firmes y de sabores no muy intensos.
Es recomendable frotar el fondo y las paredes del recipiente con un diente de ajo, que además de añadir un toque aromático impregna la superficie con una oleosidad que impedirá que el queso se adhiera.
Utilizar un toque de algún queso ahumado para dar un sabor diferente (no se exceda que el ahumado tapará los otros sabores). Se pueden agregar especias o hierbas, en pequeños toques para no opacar el sabor de los quesos. Los más indicados son nuez moscada o pimienta. No mezclar muchos tipos de especias porque confunden sabores. Se puede agregar algún queso de cabra en la composición, para variar sabores.
Si se corta la fondue durante su preparación, agregarle apenas un poquito de un elemento ácido, como vinagre o jugo de limón.
Acompañe con un buen vino, tanto tinto como rosado o blanco, no los elija muy complejos, prefiera los jóvenes frutados con un pequeño paso por roble.
Con estos consejos ya no hay excusa para no animarse a preparar una fondue de queso, ya sea a la manera tradicional o adaptada a sus gustos. Una excusa perfecta para reunir a un buen grupo de amigos y familiares y disfrutar de su compañía compartiendo una buena comida.